Para muchos, mantener el peso es mucha más difícil que perder peso en primer lugar.

Cuando piensas en perder peso, se trata de una propuesta bastante sencilla y directa. Elegir mejor nuestros alimentos, reducir el número de calorías y hacer más ejercicio, es lo que tienes que hacer. Pero una vez que has perdido peso, puedes darte cuenta que mantener el peso es mucho más difícil. A lo mejor puede que “ya no quieras hacer dieta” y quieres volver a comer lo que usualmente comías. Puede que pienses que perdiste peso porque te cuidabas en lo que comías, y ahora estás preocupada que vas a recuperar esas libras si comes de una forma diferente. Puede que hayas logrado el peso que buscabas, pero no te ves de la forma que esperabas y no tienes idea que hacer.

Perdiste peso, ¿qué vas hacer ahora?
Cuando estás perdiendo peso, tienes una tarea. Tienes una meta que lograr, y mientras estés realizando las cosas correctas, te estás acercando más tu objetivo todo el tiempo. Además, estás teniendo muy buenos complementos, ves el cambio en el cuerpo y en la balanza. La ropa te comienza a quedar más holgada. Tus familiares y amigos continúan alentándote para que sigas haciendo las cosas correctamente. Y, mientras sigas perdiendo peso, estás enfocado todos los días en el cambio, haciendo mejores decisiones, cambiando los hábitos de ejercicio, y cambiando la forma que manejas el estrés. Todos los días tienes una meta que alcanzar.

Ahora que has “cruzado la línea final”, el apoyo y los complementos son menos frecuentes. Ahora que tienes un peso estable, ya no tienes la emoción de comprar ropa más pequeña. Ahora que lograste tu objetivo, la balanza ya no se mueve (mucho). Cuando estabas perdiendo peso, te acostumbraste al cambio, y ahora, tu objetivo no es cambiar. Tu objetivo ahora es mantener el peso actual.

Entonces parte del problema es lo siguiente: la meta de “mantener el peso actual” es más difícil de lograr que la meta que tenías antes. La meta que te ofrecía una recompensa en forma de lograr el peso deseado, una talla particular o una forma específica. En otras palabras, mantener el peso no siempre es muy gratificante.

¿Por qué mantener el peso puede ser más difícil que perderlo?
Es importante mantener la actitud correcta una vez que alcanzas el peso deseado. Si piensas “por fin terminé esto”, tienes que ajustar tu actitud. Es verdad que lograste tu objetivo, pero realmente nunca cruzas la línea final”. Mantener el peso después de perder peso puede ser difícil por estos motivos:

• Tienes que trabajar arduamente para hacer las decisiones correctas a la hora de comer y tienes que hacer mucho ejercicio si quieres mantener el peso. A lo mejor tienes que hacer más ejercicio que alguien que pese exactamente igual a ti, pero que ha mantenido el peso todo su vida.
• Te das cuenta que no puedes regresar a las “costumbres viejas” de alimentación.
• Tus necesidades calóricas puede que no sean tan altas como eran, ya que la cantidad de calorías se basan, en parte, en el tamaño del cuerpo.
• El cuerpo ha cambiado y te siente diferente, y a lo mejor aún no te sientes cómodo en el mismo.
• El cuerpo no se ve de la forma que esperabas.
• Tu pérdida de peso no te cambio la vida drásticamente.

Consejos para ayudarte a mantener el peso
Si piensas que sabes lo que tienes que hacer para perder peso, pero no sabes exactamente que tienes que hacer para mantener la pérdida, ten presente que perder peso y mantener el peso son dos lados de la misma moneda. No es como cruzar una línea final invisible (y terminaste con tu dieta), y ahora puedes cambiar de dirección y hacer algo más. Lo que hiciste para bajar de peso es más o menos lo mismo que tienes que seguir haciendo para mantener el peso.

Con esto dicho, si la dieta que seguiste durante la fase de pérdida de peso fue muy estricta, vas a necesitar ajustarla para comer un poco más normal. Parte de este proceso involucra aprender a tomar decisiones inteligentes cuando comes en restaurantes, participas de fiestas donde brindan cocteles y comida, consumir una golosina de vez en cuando, o cocinar de una forma más saludable. A medida que practicas comer normalmente, vas a ir aprendiendo que puedes confiar en ti mismo para controlar el peso.

Mantén tus expectativas razonables. Cuando ves fotos de celebridades que han perdido 30 libras en 30 días, nosotros pensamos que podemos hacer lo mismo, y que nuestro cuerpo debe de verse igual al de cierta celebridad al terminar la dieta. Pero una dieta rápida no es solamente una propuesta poco saludable, es una propuesta que no puedes o no deberías de adoptar a largo plazo. Aceptar que lento y constante es una forma más segura de perder peso, y a la vez te da la oportunidad de practicar cambios positivos que te ayudarán a sentirte mejor a largo plazo.

En vez de buscar un número exacto como el peso ideal, date un rango modesto en libras o kilos. El peso de la mayoría de las personas cambia un poco, y mientras tu peso promedio no cambie con el tiempo, estás haciendo un buen trabajo manteniéndolo. El peso más saludable para tu persona es aquel que has logrado una vez que has establecido un patrón de alimentación saludable y un estilo de vida activo que puedes mantener por el resto de tu vida.

Ya que perder peso se enfoca mucho en metas, vas a necesitar nuevos objetivos durante el proceso de mantenimiento. Piensa en grande y de esa forma no te enfocas solamente en la balanza. A lo mejor vas a querer enfocarte en las metas de ejercicio como perfeccionar una pose nueva de yoga, o eliminar unos minutos de tu rutina matutina, o puede ser un objetivo que tenga que ver con alimentos, como cocinar más comidas en casa, o cambiar los ingredientes de algunas recetas para hacerlas más saludables. 

Redactado por Susan Bowerman, M.S., R.D., C.S.S.D., F.A.N.D.— Directora de Educación y Capacitación Mundial sobre la Nutrición