¿Conoces los componentes de una dieta saludable para el corazón? Pon a prueba tu conocimiento sobre los mitos comunes de las dietas y la salud del corazón. El mantenerte al día con la información más reciente sobre dietas y la salud del corazón no es fácil, debido a que la ciencia siempre está avanzando, y a medida que la ciencia avanza, también avanzan las recomendaciones dietéticas. Pero si no te mantienes al día con la información más reciente sobre las dietas saludables para el corazón (o si no obtienes información de fuentes de confianza), no se te fuera posible separar la realidad de la ficción. Aquí están algunos mitos y verdades comunes sobre la dieta y la salud del corazón.

Mito: Entre menos grasa consumas, mejor.

Verdad: Hace años, se pensaba que una dieta muy baja en grasa era la mejor forma de reducir el riesgo de enfermedades del corazón. Pero ese enfoque ha cambiado, y hoy en día la mayoría de expertos recomiendan un tipo de dieta mediterránea para promover la salud del corazón. Este patrón dietético hace énfasis en los vegetales, las frutas y los granos enteros, así como también en los alimentos que aportan grasas saludables para el corazón, como los mariscos, las nueces y el aceite de oliva, que ofrecen grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas que pueden ayudar a mantener los niveles saludables de grasa en la sangre. Existe otro motivo para no eliminar toda la grasa de la dieta: cuando se elimina la grasa por completo, por lo general, se remplaza con carbohidratos refinados. En muchos de los productos sin grasa, los fabricantes eliminan la grasa pero la remplazan con una cantidad similar de calorías provenientes del azúcar o de los almidones, que no son más saludables para ti.

Mito: Una dieta saludable para el corazón es insípida y aburrida.

Verdad: Muchas personas (incorrectamente) asumen que una dieta saludable para el corazón no contiene sal ni grasa, y por lo tanto no tiene sabor. Como mencioné anteriormente, una dieta saludable para el corazón incluye una cantidad modesta de grasas saludables, y varias de las fuentes de grasas saludables agregan mucho sabor a las comidas. No hay nada aburrido cuando untas un aguacate maduro sobre una tostada de grano entero, pones unas cuantas nueces o semillas sobre las verduras al vapor, o rocías un poquito de aceite de oliva sobre un tomate maduro. Y, mientras la mayoría de nosotros consume más sodio que la cantidad necesaria, la gran mayoría proviene de los alimentos procesados, no del salero. Por lo general, no está mal usar un poquito de sal al cocinar, y el uso libre de ingredientes que añadan más sabor a las comidas, como las especias, las hierbas, la cebolla y los cítricos, son el antídoto para lo insípido y aburrido.

Mito: Las grasas saturadas no son malas para el corazón.

Verdad: Recientemente, se ha visto mucha información sobre este tema. La discusión ganó fuerza, en parte, por el informe más reciente en la literatura médica que examina la relación entre la grasa saturada y las enfermedades del corazón, y sugiere que las grasas saturadas no son tan malas para el corazón como se pensaba. Pero el informe recibió mucha crítica por la comunidad científica, quienes dijeron que el análisis de los datos era erróneo, y que las conclusiones creaban confusión. Aún existe evidencia que vincula el consumo alto de grasa saturada con enfermedades del corazón. Las recomendaciones actuales continúan pidiendo reducir el consumo general de grasas saturadas, y remplazar esas grasas con grasas provenientes de fuentes saludables para el corazón.

Mito: La mejor forma de reducir el colesterol en la sangre es consumir menos colesterol.

Verdad: Aunque parece intuitivo, la cantidad de colesterol que consumes no es la fuente principal de colesterol en la sangre. La mayoría del colesterol que circula en el sistema lo produce el hígado, por lo que reducir la cantidad de colesterol que consumes, disminuirá muy poco el colesterol en la sangre. Pero esto no significa que debes de consumir alimentos ricos en colesterol deliberadamente; muchos alimentos ricos en colesterol (como carnes marmoleadas, chorizos, tocino, quesos y helados) también son ricos en grasa, grasas saturadas y calorías.

Mito: El chocolate es saludable para el corazón.

Verdad: Parece demasiado bueno para ser verdad. ¿Algo que sabe tan delicioso puede en realidad ser saludable? Antes que comiences a disfrutar del chocolate, esto es lo que necesitas conocer sobre el chocolate y el corazón. El chocolate se elabora de granos de cacao, que contienen fitonutrientes naturales llamados flavanoles, que son compuestos naturales que ayudan a mantener la presión arterial y a mejorar el flujo sanguíneo al corazón. Pero, no todos los productos de chocolate contienen cantidades grandes de flavanoles; el flavanol disminuye a medida que el cacao se procesa para hacerlo chocolate. Y, entre más azúcar, leche y otros ingredientes contiene el chocolate, menor es la cantidad de flavanoles en el producto final. Por esta razón, el chocolate amargo tiene más flavanoles que el chocolate de leche. También existen otras maneras de obtener flavanoles sin la grasa, el azúcar ni las calorías que contiene el chocolate, estas fuentes incluyen bayas, manzanas, nueces, cebollas y té. Así que ten presente que, debido a su contenido de grasa y azúcar, muchos productos de chocolate pueden costarte una cantidad grande de tus calorías. Si decides degustar de un chocolate (y tienes algunas calorías de sobra) hazlo por el sabor, pero no porque crees que el chocolate puede prevenir enfermedades del corazón.

Redactado por Susan Bowerman, M.S., R.D., C.S.S.D., F.A.N.D.— Directora de Educación y Capacitación Mundial sobre la Nutrición